LA JUNTA DE CASTILLA-LA MANCHA CONSIENTE TRABAJOS IRREGULARES EN LA FINCAS LA VEGUILLA.


La Junta de Castilla-La Mancha consiente trabajos irregulares en la finca de Santamaría.

Maquinaria especializada en despedazar árboles y vegetación lleva trabajando desde hace días en la finca de La Veguilla, propiedad del empresario Rafael Santamaría, presidente de la inmobiliaria Reyal Urbis e íntimo amigo de José Bono, presidente del Congreso de los Diputados.

El constructor adquirió en 2006 esta inmensa finca de 24.000 hectáreas, según confirma el Diario Oficial de Castilla-La Mancha. Está compuesta de tierras agrícolas de cereal, bosques de encinas, hábitats protegidos y demás especies de árboles bañados por el río Záncara. La parcela está dentro del término municipal de Las Pedroñeras, en Cuenca.

Estas talas fueron solicitadas por los cauces habituales a la Confederación Hidrográfica del Agua, pero posteriormente se ha actuado de forma irregular al empezar las podas de árboles antes de que se cumpliera el plazo de alegaciones previsto por las autoridades competentes, que vencía a principios de esta semana.

Un vecino de Las Pedroñeras que frecuenta los caminos públicos de la finca de La Veguilla ha confirmado: “Estas obras llevan tiempo haciéndose. Vengo todos los domingos a caminar por aquí y me alarmé al ver las máquinas llevándose por delante los árboles que están en el cauce del río. No sé qué pretenden, pero se están cargando muchos árboles”.

Permiso y plazo

Vega del Záncara pidió el pasado 8 de marzo autorización administrativa para que le diesen permiso para realizar una limpieza y adecuación del río Záncara en su paso por la propiedad de Santamaría. La petición solicitaba la perfilación del cauce, el perfilado de taludes, la corta y retirada de árboles secos y retirada de la cubierta arbustiva y herbácea en una longitud de 3.160 metros a lo largo del río y 7,5 metros a lo ancho.

Tanto en el Ayuntamiento de Las Pedroñeras como en la Confederación Hidrográfica del Guadiana se admitían reclamaciones durante veinte días a la fecha de publicación de esta solicitud en el Boletín oficial de Castilla-La Mancha, de quienes pudieran sentirse perjudicados por la actuación que se trata. La fecha de la publicación fue el 21 de marzo de 2011.

Como pudo comprobar de primera mano LA GACETA el pasado 12 de abril, las máquinas ya llevan tiempo quitando árboles en el cauce del río y despedazando las ramas para que acaben convirtiéndose en abono.

Miembros de la Asociación de Senderistas y Cicloturistas de la Mancha (Asecma) afirman: “Se está haciendo un estropicio con la flora del bosque, especialmente con miles de árboles, que están siendo aniquilados sin sentido. Lo único que pretende el propietario de la finca es blindarse, cerrar todos los caminos públicos que hay en sus terrenos y vivir en paz, sin que nadie le moleste. Para ello empezó amenazando con cerrar unos caminos que son de libre tránsito y disfrutan todos los ciudadanos con libertad, sobre todo cuando viene gente a pescar cangrejos rojos”.

Los ecologistas tienen claro que Santamaría “ha infringido la ley porque se adelantó a los plazos. No ha esperado a la resolución ni al plazo de alegaciones y, por su cuenta y riesgo, ha empezado a exterminar árboles”.
Los miembros de esta plataforma llevan tiempo luchando, pero no las tienen todas consigo: “El objetivo de Santamaría es convertir su finca en un coto de caza mayor privilegiado. Además, se rumorea que ha pedido el cambio de caza menor a mayor, aunque en los estudios de impacto medioambiental no está aprobado”.

Pero no sólo están desapareciendo especies en el cauce del río Záncara. En la finca hay superficies enteras donde ya no queda fauna. En otros parajes han desaparecido los árboles originales para ser reemplazados por olivos.

Polémicos caminos

Nada más adquirir Santamaría la finca a nombre de Vega del Záncara, empezó la polémica con los vecinos de Las Pedroñeras por los casi 40 kilómetros de caminos públicos que hay dentro del terreno.

Allí construyó, en lo alto de una loma desde donde se preside toda la propiedad, una vivienda compuesta de una casa principal y varios bungalows para invitados. José Bono se ha hospedado allí en varias ocasiones, como confirman vecinos de Las Pedroñeras.

En el Diario Oficial de Castilla-La Mancha ya ha aparecido la resolución de la evaluación de impacto medioambiental para realizar un corredor perimetral. Un integrante de Asecma asegura que el objetivo “es hacer un nuevo camino que rodee la finca para que cuando, como pretende Santamaría, se cierren los senderos públicos, no se queden cortados los caminos de fuera de la finca”.

El Ayuntamiento de Las Pedroñeras aún tiene una cuenta pendiente con el presidente de Reyal Urbis, que se comprometió en 2007 a pagar 1.800.000 euros al consistorio para quedarse con todos los caminos públicos durante 30 años. Esta cantidad, según fuentes de la Plataforma por los Caminos Públicos de la Veguilla, “aún no ha sido abonada. El ayuntamiento ha elaborado un presupuesto donde parecen nivelados ingresos y gastos, y en el año del acuerdo se incluyó como ingreso comprometido los 1.800.000 euros de Santamaría. Sin embargo, cuando se liquidó el presupuesto, al no haberse ingresado, figura como pendiente de ingreso, y se va arrastrando como pendiente año tras año, hasta que se confirma la operación y se ingresa el dinero, o bien se aborta la operación, en cuyo caso hay que dar de baja el pendiente de ingreso, con el consiguiente desequilibrio económico”.

Vega del Záncara se constituyó en diciembre del año 2002 y su razón social, tal y como rezan sus estatutos, es la adquisición, mejora, transformación, explotación, venta, administración y arrendamiento de fincas rústicas, explotaciones agrícolas, agropecuarias y ganaderas, maquinaria y materiales con estas relacionadas.

Santamaría es el administrador y socio único de Vega del Záncara, que el pasado 23 de diciembre cambió el domicilio social de Ayala 3 (Madrid), sede de Reyal Urbis, a la calle Alfonso XIII número 117.

El 29 de julio de 2010, Vega del Záncara absorbió Actividades Globales del Campo S.L.U para fusionarse ambas empresas. Rafael Santamaría es socio único tanto de la sociedad absorbente como de la absorbida, por ello no procedió el canje de acciones, participaciones o cuotas ni compensación complementaria de dinero. Globales del Campo se extinguió en el momento de la fusión.

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