«Sorpresa e indignación. Es lo que sentimos los vecinos de Anaga cuando hemos visto estos grandes carteles que nos restringen el paso y nos amenazan como si fuéramos delincuentes». Así se manifestaron ayer residentes en el Macizo tras comprobar cómo los últimos días se han colocado en algunos senderos paneles que recuerdan que se exige un permiso para pasar por allí.
«Por aquí pueden llegar a caminar los fines de semana cientos de personas, no solo de Anaga sino de Santa Cruz y de toda la isla», explican las fuentes para añadir: «Suelen aparcar el coche en la antigua zona recreativa de La Ensillada, sin uso desde hace diez años, de la noche al día en aras de una supuesta reforestación. Luego caminan hasta Cabeza del Tejo y vuelta a La Ensillada».
«El 99% de la gente aprecia, respeta y valora lo que encierra este y otros senderos de Anaga. Por ese 1% no se deben tomar este tipo de medidas», aclaran.
Por otro lado, indican, «este camino conecta tradicionalmente Punta de Anaga (Chamorga, Lomo de las Bodegas…) con El Bailadero, primero, y luego hasta San Andrés. Pensamos que la supuesta protección del medio ambiente es la excusa perfecta para coartar la libertad de circulación de la gente vaya usted a saber con qué fines. Los desconocemos».
«Ya aceptamos la deforestación brutal -apuntan-, pero esto nos parece demasiado. No es el camino correcto ni la amenaza ni las multas coercitivas que afectan a todos, tanto a vecinos como a los amantes del senderismo que popularmente llaman a esta preciosa zona el monte encantado. Y el camino va en gran parte en paralelo a la carretera de Chamorga, así que no entendemos ese repentino espíritu conservacionista».
Otro dato: «Cuando se llega a Cabezo del Tejo, prácticamente se accede por completo a zona privada, por un lado hacia el Valle de Chamorga y por el otro a los de Benijo y El Draguillo. En épocas anteriores eran lugares destinados al aprovechamiento forestal y a los cultivos. El monte se los ha ido comiendo poco a poco, pero siguen teniendo propietarios».
De hecho, estas fuentes establecen que «el 90% del Parque Rural de Anaga es terreno privado. Son excepciones El Pijaral y una parte de La Ensillada que han tenido históricamente la condición de monte del estado».
Para estos vecinos «ni es lógico ni servirá para lo que supuestamente pretenden pedir un permiso para transitar por allí. La conciencia ecológica de vecinos y senderistas está más que demostrada. Sobran amenazas porque el Parque Rural debe propiciar el diálogo y el entendimiento con los que desde hace siglos vivimos allí. Y, por supuesto, también con los que nos visitan para disfrutar de un paisaje único».
Fuentes del Cabildo explicaron ayer a EL DÍA que la normativa, el Plan Rector del Parque Rural (PRUG) de Anaga, establece desde hace muchos años, por razones evidentes de conservación medioambiental, la necesidad de solicitar permiso para acceder a la Reserva Integral del El Pijaral y la zona de Monte de Aguirre, las dos únicas de Anaga donde es preceptivo este documento previo.
Añaden desde la institución insular para concluir: «Hay quien entra de buena fe pero deben saber que sin permiso está prohibido». El sendero La Ensillada-Cabeza de Tejo, señalan, «está incluido en El Pijaral». Sí son recientes los grandes carteles que advierten de la necesidad de un permiso y de una posible multa de hasta 601,01 euros si no se cumple la ley.