EMBAJADA A TAMORLAN. RUI GONZALEZ DE CLAVIJO

Rui González de Clavijo
Embajada a Tamorlán

El 21 de mayo de 1403 una nave largaba amarras en el Puerto de Santa María. A bordo varias personas emprendían la que sería la mayor aventura de su vida. Encabezados por el madrileño Rui González de Clavijo, formaban una embajada con la que el rey Enrique III de Castilla quería presentar sus respetos al gran Khan Timur, apodado Lenk (el cojo), señor de los mongoles y emperador de Samarcanda, conocido en Occidente como Tamorlán. Respondía así el monarca castellano a la visita anterior de un embajador del Khan, llamado Mohamad Alcaxi, portador de una carta en la que se describía la victoria de los mongoles sobre el sultán Bayaceto cerca de Ankara el 28 de julio de 1402.

González de Clavijo cruzó todo el Mediterráneo hasta la Constantinopla bizantina, costeó la orilla sur del Mar Negro hasta Trebisonda, sorteando los dominios del sultán turco, se adentró en Persia, entonces bajo la égida mongola, y atravesando el Indukush llegó a la mítica capital del Imperio Timúrida, Samarcanda. Un viaje que le llevó, a él y a su comitiva, tres años entre la ida y la vuelta.

En el mes de octubre de 1403 aún estaban en los dominios de un magro Imperio Bizantino, reducido a los territorios europeos y amenazado por los turcos, donde fueron recibidos por el Emperador Manuel II. La descripción de la capital de Oriente que hace el narrador muestra la fascinación que todavia ejercía esa ciudad en la Europa Medieval.

El ocho de septiembre de 1404, casi 16 meses después de su partida, entraban en Samarcanda para ser recibidos por Tamerlán en su fastuosa corte. Hicieron entrega al soberano timúrida de una carta de Enrique III y de los numerosos regalos de que eran portadores en una ceremonia de carácter diplomático, donde se presentó también el embajador de la China. Durante los 75 días que permanecieron en la capital asistieron a numerosas fiestas, unas organizadas en su honor, otras por motivos diferentes, y pudieron comprobar la grandeza de la corte timúrida, así como conocer de primera mano algunos de los asuntos de la política asiática del momento. El relato constituye, en esta parte, una rica fuente de datos sobre las relaciones entre los estados asiáticos en el siglo XV y sobre la política exterior de Tamerlán, a punto de entablar una guerra con el Imperio Chino.
La ciudad se encontraba en plena reforma, pues algunos de los edificios que la han hecho famosa, como la mezquita Bibi Khanoum, estaban en construcción.

 

  VIII. 18 "La mezquita qu’el Señor mandó fazer por onor de la madre de Cano, era la más onrada que en la ciudat avía. E desque fue acavada, no se pagó de la portada, que era baxa, e mandola derrocar. E fizieron dos foyos ante alla para do pasasen los cimientos; e porque fuese más aína fecha, dixo qu’el mismo quería tomar carga de acuciar la meatad de la una parte, e mandó a dos privados suyos que tomasen carga de la otra meatad; e que vería quien pornía su obra mas aína en salvo.
   E el señor era ya flaco e no podía andar por su pie ni a cavallo, salvo en andas; e fazíase cada día llevar en unas andas, e estava ende una pieça del día acuciando; e desí mandava traher mucha carne cozida, e echávangela a los que andaban en el foyo desde arriba, como quien la dava a los perros. E aun él mesmo con su mano les echava d’ello. E con esto andava tanta acucia que era maravilla. E aun el señor les fazia a las veces echar dineros en aquel foyo. E en esta obra labravan así de dia como de noche. 
   E esta obra e la de la calle cesó por las niebes, que venían ya.
  19. Viernes, primero día de nobiembre [31 de octubre], los dichos embajadores fueron a ver al Señor segund les avía mandado, pensando que los libraría. E falláronlo en las casas e mezquitas que mandara fazer, en que agora labravan. E estidieron allí desde la mañana fasta ora de mediodía qu’el señor salió de una tienda e veno a un estrado que tenía puesto en la plaça; e traxeron mucha vianda e mucha fruta.
   E desque obieron comido, envióles dezir que se fuesen ese día, que le perdonasen,que les no podía fablar, que avia a desempachar un su nieto, Pir Mahomat, el cual se llamava rey de la India, e enviarlo a su tierra onde le avía fecho venir. E este día le dió muchos cavallos e ropas e armas, a él e a otros cavalleros que con él venían."

Mientras los mongoles hacían los preparativos para invadir China la comitiva castellana fue invitada a marcharse de la ciudad, quizá porque ya no eran del interés de Tamerlán, volcado en la nueva empresa militar, o porque podrían constituir un estorbo ante los preparativos de la misma. Sea como fuere, el grupo de castellanos abandonó Samarcanda el 21 de noviembre de 1404 emprendiendo el camino de retorno a la Península Ibérica. Timur Lenk moriría antes que Gonzalez de Clavijo concluyese su viaje, en concreto el 19 de enero de 1405, mientras los embajadores pasaban por Tabriz (noroeste de Irán).
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Nota: Los fragmentos citados de la obra están extraídos de la edición de Francisco López Estrada, "Ruy Gonzalez de Clavijo. Embajada a Tamorlán",  Clásicos Castalia, nº 242, Madrid 1999.

 
 III, 6 "Otrosí fueron ver este dicho día la iglesia que dizen Santa Sufía. E Santa Sufía quiere dezir en lenguaje griego tanto como vera Sapiencia, que es el fijo de Dios. E a esta significança fue fecha esta iglesia, e es la mayor e la más onrada e la más privillejada que en la ciudat ha.
   En esta iglesia a monjes que ellos llaman caloyeros, que la sierven así como a iglesia catredal; e en ella está el patriarca de los griegos, que ellos llaman matropola.
   E en una plaça que estava ante la iglesia, están nuebe mármoles blancos, los mayores se más gruesos que omne viese; e encima tenían sus basas. E dezían que allí solía estar edificado encima un grand palaçio onde fazian su cabildo el patriarca e los clérigos.     En esta plaça, ante la iglesia, estava una colupna de piedra, muy alta a maravilla; e encima d’ella estava una grand losa llana; e encima d’ella estava puesto un caballo de cobre, atan grande como podían ser cuatro caballos grandes; e encima d’él estava una figura de cavallero armado, otrosí de cobre, con un plumaje muy grande en la cabeça, a semejança de cola de pavón. E el caballo tenía unas cadenas de fierro atravesadas por el cuerpo, que estavan atadas a la colupna que lo tenía, que no cayese ni lo derrocase el viento. El cual cavallo es muy bien fecho; e está figurado con la una mano e con el pie alçado, como que quiere saltar ajuso. E el cavallero que está encima tiene el braço derecho alto e la mano abierta, y con la mano izquierda del otro braço, tiene la rienda del cavallo e una pella en la mano, redonda e dorada. El cual cavallero e caballo
 
es tan grande, e la colupna tan alta que es una cosa maravillosa de ver. E esta imagen de cavallero que encima d’esta colupna está dizen que fue el emperador Justiniano, que edificó esta iglesia e fezo grandes fechos en los turcos e en su tierra en su tiempo.
7. A la entrada de esta iglesia, so un arco que está aquende la puerta, está el puesto armado sobre cuatro mármoles; e so él está una capilla muy rica e muy fermosa. E delante désta capilla está la puerta de la iglesia, e es grande e alta e cubierta de latón. E delante della está un corral pequeño; e sobre él unos andantes altos. E luego está otra puerta cubierta de latón, segund la primera. E delante de aquella puerta va una nabe muy ancha e alta, que es cubierta de un cielo de madero. E a la mano esquierda está una calostra muy grande e muy bien fecha, con muchas losas e mármoles de jaspe e de muchas colores.
   En la mano derecha, so esta dicha nave que está cubierta, ant´la segunda puerta está el cuerpo de la iglesia; e están cinco puertas altas e grandes cubiertas de latón; e la de medio es la más alta e mayor. E por ellas entran al cuerpo de la iglesia, e es como cuadra redonda, la mayor e la más alta e más rica que en los mundos puede ser. La cual cuadra es en el cuerpo de la iglesia, e es cercada alrededor de tres nabes muy grandes e anchas, que se contienen con la dicha cuadra, que no ay departimento entre ellas. E la dicha cuadra e estas nabes son sobradadas, e los sobrados salen al cuerpo de la cuadra , de suerte que desde allí pueden oir misa e las oras.
   E d’estos sobrados suben unos como arcos que son armados sobre mármoles de jaspe verde; e después los cielos júntanse con la cuadra, pero el chapitel de la cuadra sube muy más alto que no el cielo de las nabes, que es un chapetel redondo e muy alto, tanto que bien ha menester omne que catar con los ojos desde ayuso. E la cual quadra ha en luengo cient e cinco pasos, e en ancho, nobenta e tres. E es armado sobre cuatro pilares, muy grandes e gruesos que son cubiertos con losas de jaspe de muchas colores."

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