El dueño de Reyal Urbis se pasa por el forro de sus caprichos la finca conquense de “La Veguilla”
El protagonista de esta historia tiene nombre y apellidos: Rafael Santamaría. Ustedes lo conocerán, es el propietario de la famosa inmobiliaria Reyal Urbis. Es la historia que enciende una vez más nuestros pilotos de alarma ciudadana, después de que en 2006 Santamaría adquiriera una finca de 2.500 hectáreas dentro de la geografía conquense conocida como “La Veguilla”, trayéndole al pairo los caminos públicos que transcurren por dicha zona.
El magnate inmobiliario ya se encargó de que no quedara ningún cabo suelto y rubricó el pacto con la firma de un Plan Especial con el Ayuntamiento del pueblo de Las Pedroñeras que preside la socialista Yolanda Picazo. Un pacto que a él le permite desde entonces hacer y deshacer a su antojo. Fue un “toma y trae”: Santamaría hacía uso de sus buenas relaciones políticas (viene al caso revelar en este punto su íntima amistad con José Bono, al que le construyó un imponente chalé y parte de su hípica) y donaba un millón ochocientos mil euros al municipio, que venían de lujo para sofocar la deuda pública. A cambio, cedía 23 hectáreas solicitadas para la construcción de un merendero, una zona de aparcamiento, una zona de acampada y turismo rural, y la reconstrucción del Molino del Caz del río Záncara. Toda una operación de maquillaje.
Salta a la vista la simbiosis de este señor con la Administración manchega, hasta el punto de tocar todos los palos a favor de sus intereses particulares, siendo la actitud actual, en cuanto a las Administraciones locales y autonómicas se refiere, la de una sociedad medieval sirviendo a su caudillo, que hace la vista gorda de la manera más flagrante.
Incluso me atrevería a decir que la verdadera gravedad del asunto no la hemos contado hasta ahora: se han hallado garras de rapaces, animales empleados como cebos vivos, encinas taladas de más de 40 centímetros de diámetro y un sinfín de atentados ecológicos que derriban cualquier norma medioambiental que se ponga por delante. De hecho, la Sociedad Española de Ornitología, SEO, en el programa para la protección del águila imperial en su finca de Torrenueva, Ciudad Real, ha declarado que se personará en el juicio contra el guarda que fue pillado con las 22 garras de rapaces en la finca de Santamaría.
Actívate
La Plataforma en Defensa de los Caminos Públicos de “La Veguilla” continúa luchando en esta brecha con la conciencia clara de que “la defensa de lo público nos hace mejores”. Y por ello, han convocado una manifestación el próximo día 30 de mayo junto a las demás Asociaciones de Caminos Públicos de España, para impedir que la fauna y la flora de “La Veguilla” sigan en peligro, y para que se pueda volver a hablar de paseo, senderismo, cicloturismo y cabalgada en la zona.
Conservar los caminos y vías rurales que, al fin y al cabo, es nuestro patrimonio cultural y natural, es obligación de todos, pero más directamente de los Ayuntamientos, en virtud de La Ley Reguladora de las Bases de Régimen Local. Urge, por tanto, despertar las conciencias. Amar es conservar