Propietarios temen que la declaración de la Serra masifique las fincas privadas.
La asociación se reúne hoy para redefinir su estrategia y proponer una regulación de los accesos por rutas que transcurren por propiedades particulares – Los dueños dicen que se sienten «asaltados» en sus casas con la connivencia de la Administración.
La asociación de propietarios de fincas rústicas de Balears teme que la posible declaración de la Serra de Tramuntana como Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco conlleve más inconvenientes que beneficios a los dueños de fincas situadas en la montaña mallorquina y que pueda ejercer de reclamo turístico para atraer a más visitantes que pasen por el interior de las propiedades privadas.
Por este motivo y ante la «presión social» que aseguran sufrir por parte de los colectivos favorables a la apertura de los caminos públicos y de la propia Administración, la asociación de propietarios ha convocado una reunión de socios hoy por la tarde en Palma con el objetivo de reorganizarse, definir nuevos objetivos y «defender la propiedad privada» ante los «continuos asaltos» que reciben sus fincas, en palabras de su presidente, Fernando Fortuny.
En este sentido, Fortuny, propietario de la ´possessió´ de Comasema, en Orient (Bunyola), se mostró ayer muy crítico con la excursión reivindicativa del pasado 8 de mayo a favor de la apertura del antiguo camino público entre Bunyola y Lluc, que discurre por el interior de la finca de su propiedad. «Invadieron mi casa y me robaron la llave aquellos que se consideran ecologistas», asegura. «Aquí todo el mundo hace lo que quiere, y los propietarios estamos en una situación de indefensión total y sujetos a muchas restricciones que deberían ser para todos: para los que viven en las fincas y para los que no», añade el presidente de la asociación de propietarios de fincas rústicas.
Regulación de los accesos
Ante esta situación, una de las reivindicaciones de los propietarios de fincas será una nueva «regulación» de los accesos por los caminos que transcurran por el interior de una propiedad privada. Está previsto que durante la reunión de hoy se aprueben unos nuevos estatutos de la asociación en los que, entre otros aspectos, se determina que el colectivo de propietarios «estudiará» todas las disposiciones oficiales que supongan «restricciones» a los derechos de los dueños y «defenderá» a los socios de «falsas acusaciones» sobre «daños» en las fincas. Otro de los objetivos de la asociación es el de «crear un clima favorable» sobre sus planteamientos entre la «opinión pública».
El presidente de la asociación también critica el papel de las instituciones, que «no hacen nada» a favor de los propietarios «e incluso ayudan» a las plataformas favorables a la apertura de los caminos públicos, entre las que destaca a Gadma, «el brazo armado del PSM», apuntó. «En la excursión por el camino de Comasema había gente de la administración, desde empleados hasta agentes del Seprona; lo tengo todo grabado», apuntó. «A lo mejor el próximo domingo (día de la cita electoral) todo esto cambiará», añadió en referencia a un posible cambio de color político en la comunidad.
En relación a la candidatura de la Serra de Tramuntana como Patrimonio de la Humanidad, Fernando Fortuny admitió que los propietarios están «preocupados» ante la «interpretación» que pueda hacer la sociedad de esta declaración. «¿La gente se creerá que todo es suyo?», se preguntó. «Las instituciones se han gastado muchos millones de euros en propaganda, pero a los propietarios no nos han pedido la opinión, simplemente nos han explicado lo que harán y nada más, y además no han garantizado ningún tipo de subvención para los que mantienen las fincas».
Fortuny, en nombre de la asociación de propietarios de fincas rústicas, teme que la declaración patrimonial de la Serra conlleve una mayor afluencia de turistas a la montaña mallorquina. «Más gente en nuestras casas», lamenta. «Nosotros mantenemos las fincas y otros las disfrutan, porque a la gente no le interesa si un camino es público o privado, sólo quiere pasar», señala.