La prueba consiste en una carrera de resistencia a caballo campo a través para la que se han recuperado caminos y se han realizado marcaciones GPS. Con ellas se han realizado unos mapas que se entregan a cada equipo junto con los datos del GPS para que realicen el recorrido en el menor tiempo posible.
Épica «Es una prueba que combina dureza, épica y belleza», resaltó Soto, para el que además «no es necesario ser un jinete de élite». El recorrido transcurre por veredas, caminos rurales, pistas forestales, vías pecuarias y carreteras locales, no llegando al diez por ciento las zonas asfaltadas para vehículos. En la pasada edición se partió en la etapa de Jaén de Cazorla y para esta se espera lo hagan unos 55 caballos.Antonia Olivares, delegada de Turismo, Comercio y Deporte señaló la importancia que para Jaén tiene acoger un evento de gran trascendencia «deportivo-turística» mientras que para la Concejala de Deportes, Ascensión Beltrán, «Jaén tiene mucha tradición, he ahí el hípico». En este sentido recalcó que «se está trabajando para trasladar el hípico de lugar».
Las condiciones duras de la prueba afectan sobre todo a los caballos por lo que se les realizarán pruebas constantes como control de pulsaciones al terminar cada etapa.
Si un animal da síntomas de extenuación se le retirará de la competición. «El bienestar del caballo es lo primero», explica Soto. Es uno de los sacrificios que caracterizan a los equinos y añade: «El animal prefiere morir antes que parar».