Mientras haya rutas cerradas habrá presión.
Bernat Fiol, portavoz del grupo ecologista Gadma, una de las entidades organizadoras de la excursión reivindicativa por el camino de Comasema del pasado 8 de mayo, negó ayer de forma tajante que se robaran las llaves de una de las barreras de la finca y aseguró que las puertas estaban abiertas. A su entender, la marcha fue respetuosa en todo momento con la propiedad privada y sólo transcurrió por un camino que "es público desde hace cientos de años". "Aquí los únicos ladrones son los propietarios que roban caminos públicos al pueblo mallorquín, los desvían de sus trazados originales, los asfaltan y realizan obras ilegales", añadió.
En este sentido, el portavoz del grupo ecologista explicó que desde la ´plataforma pro camins públics i oberts´ se está estudiando la posibilidad de "denunciar por lo penal a todos los propietarios que deciden cerrar a la gente un camino que está abierto al público desde tiempos inmemoriales" y avisó de que "mientras haya un solo camino público que haya sido cerrado, habrá presión social". Fiol se preguntó si "esta gente quiere que seamos esclavos suyos para siempre" y recordó que "la época feudal se terminó hace muchos años, al igual que la sumisión a los ´botifarres´ (nobles) que privan a los mallorquines del derecho de paso histórico".
La marcha por el camino de Comasema concentró a unas 400 personas que exigieron la apertura al público del antiguo camino real entre Lluc y Bunyola, que presenta problemas de paso en Comasema.