Se rehabilita la senda del Carbo en el Parque Natural del Penyagolosa
La Conselleria de Medio Ambiente ha rehabilitado la senda del Carbo, una de las más atractivas para el senderismo, en el Parque Natural del Penyagolosa.
GOBIERNO C.A. VALENCIA- Los trabajos han consistido en la limpieza y restauración de una parte de la senda, en la que el paso de los visitantes resultaba complicado por lo que se veían obligados a desviarse del camino. El sendero se ha reconducido con pequeños muros de piedra en seco, la construcción de escalones, el enlosado del canino y la realización de canales de comunicación por piedra para atravesar el río y salvar el desnivel.
El sendero permite realizar un recorrido de aproximadamente tres kilómetros entre Villahermosa del Río, donde se ubican las masías del Carbo,hasta Sant Joan del Penyagolosa, o a la inversa.
Este recorrido, que puede realizarse en una hora y treinta minutos, forma parte asimismo de una de las sendas de gran recorrido que atraviesa el parque (GR-7). Además, es sencillo y accesible para senderistas de todo tipo y para las familias.
En la senda del Carbo coexisten la vegetación de ribera mediterránea, en la zona más próxima al río Carbo, con paisajes de carácter más continental, en las zonas más altas. Así, cerca del río puede observarse la presencia de vegetación de ribera, como arces y chopos. En las zonas de mayor altura, donde se ubican las masías del Carbo (950 metros, aproximadamente), nos es difícil hallar pinos rojos y negros. En cuanto a la fauna, cabras montesas y buitres son algunas de las especies presentes.
Otro de los paisajes al alcance del senderista son las pozas y cascadas de la senda del Carbo, uno de los elementos paisajísticos más singulares de la zona, formadas a partir de carbonato cálcico y recubiertas de musgos y helechos. También puede contemplarse los días de cielo despejado una buena panorámica del macizo del Penyagolosa.
Al final de la ruta, en el término municipal de Villahermosa del Río se halla un conjunto de masías (El Carbó, Roncales, La Atalaya, Marcén, Mas de Ignacio, Mas de Perico) algunas de las cuales están todavía habitadas. El enclave cuenta además con un albergue que contribuye a la vitalidad económica.