GERARDO GONZÁLEZ / Briviesca 06/03/2015
El incremento del número de aficionados a recorrer los senderos de La Bureba, especialmente los amantes del ciclismo de montaña, parece que ha despertado las peores intenciones de uno o más individuos en la comarca. Prueba evidente de ello es la localización -afortunadamente a tiempo- de una ‘trampa’ colocada con el objetivo de causar daños físicos a los ciclistas que circulan por un camino próximo a Briviesca.
Según han informado los testigos del hallazgo, se trataba de un cable de acero con pinchos -popularmente conocido como alambre de espino- tendido entre dos postes metálicos de un cerramiento de monte a una altura de un metro sobre el suelo.
El punto exacto en el cual se colocó esta trampa, a la salida de una curva descendente, permite deducir que la finalidad era que pasase desapercibido hasta causar un accidente.
Dadas las características del terreno, las consecuencias se podrían haber traducido en graves heridas debido al impacto o las piedras. Incluso cabe la posibilidad de que la víctima se despeñase por el barranco paralelo a la senda.