diario ABC.Madrid
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha asegurado que el Ayuntamiento está estudiando la posibilidad de establecer el camino de la Trashumancia como «un paseo habitual» de la capital. «Creo que es un tradición preciosa, y pensar que hay una manera de ir andando desde Cantabria a Extremadura es algo precioso. que debemos ser conscientes de las riquezas que tiene nuestra ciudad y nuestro país, y tenemos que disfrutarlas y hacer que otros lo disfruten», ha explicado Manuela Carmena. La alcaldesa de Madrid ha resaltado que la medida puede ser «importante» para el turismo como reclamo. «Hay que estudiarlo, ya sabéis que hemos decidido que haya un rebaño de ovejas en la Casa de Campo de manera permanente y seguimos haciendo actividades en ese sentido, de renaturalizar la ciudad», ha precisado.
Manuela Carmena ha dado la bienvenida a los pastores, acompañados por los mayorales, rabadanes y ganaderos, y ha recibido el pago de los «50 maravedís al millar» estipulados por la Concordia de 1418 entre los Hombres Buenos de la Mesta y los Procuradores del Concejo de la Villa. La alcaldesa ha agradecido a los madrileños que «Madrid sea algo cada vez más importante». «Es precioso que hoy en día podamos tener en este Madrid diverso la representación de la trashumancia y hace tres días la mayor cumbre en materia de tecnología e informática. Madrid es todo y Madrid se desequilibraría si no pensara en la naturaleza», ha señalado Carmena.
Fiesta de la trashumancia
La Fiesta de la Trashumancia empezó en 1994 como un acto simbólico para reivindicar la actividad como una forma de ganadería extensiva y sostenible, estrechamente vinculada a valores culturales, ecosistemas y paisajes característicos de la Península Ibérica. El escenario ha sido por primera vez la plaza de Cibeles. Hasta allí han llegado dos rebaños integrados por algo más de un millar de ovejas y cabras, procedentes de Ávila y Badajoz.
La fiesta nació a iniciativa de la Asociación Trashumancia y Naturaleza en colaboración con el Ayuntamiento para reivindicar la aprobación de una nueva Ley de Vías Pecuarias, que finalmente se promulgó el 23 de marzo de 1995. El nuevo texto legal que reconoció las cañadas, cordeles y veredas como bienes de dominio público, inalienables, imprescriptibles e inembargables. Desde sus inicios la fiesta ha estado plagada de simbolismo con el fin de «dar a conocer la importancia histórica, cultural, social y ecológica de los pastores españoles y sus ganados, así como de las vías pecuarias. De ahí que el recorrido siga fielmente el rito de la trashumancia».