INTERESANTE PROYECTO DE LA FUNDACION FELIX RODRIGUEZ DE LA FUENTE.


Un proyecto para salirse del rebaño.

Un proyecto para salirse del rebaño

LAURA SÁNCHEZ

MADRID. Que cualquier tiempo pasado fue mejor no es un proverbio que se cumpla en el caso del gremio de los pastores. Y no sólo por la evolución de las condiciones de trabajo en las que estas personas desarrollan su oficio. Pan, gachas, tocino, zurrón, manta al hombro y largos días a la intemperie en busca de los pastos, han dejado paso a teléfonos móviles, a aparatos de radio para combatir la soledad en el campo, a la recogida del rebaño desde el vehículo, a los GPS y a las subvenciones y ayudas del Estado.

Unas mejoras que, no obstante, no restan ni un ápice de dureza a un oficio que exige una dedicación casi exclusiva, que reporta un escaso reconocimiento social y que está mal retribuido. Un panorama que no invita, precisamente, a que los jóvenes se interesen por él. La secuencia común en la vida de cualquier pastor de cierta edad es la de jubilarse, vender el rebaño y no ceder el testigo ni sus conocimientos a las nuevas generaciones. Una falta de relevo que va mucho más allá de privarnos de las bucólicas imágenes de los pastores en las cunetas de las carreteras secundarias.

Consecuencias nefastas

¿Qué pasaría si no hubiera pastores? En la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente tienen muy clara la respuesta. «En realidad, nos la están dando los telediarios casi todos los días: si los herbívoros no pastan la vegetación crecerá, de manera que el matorral y la masa combustible arderá en fuegos dantescos como los que se produjeron hace algunos meses en California -explica Odile Rodríguez de la Fuente, directora general de la Fundación-. Por otro lado, desaparecían las zonas de pasto de montaña, entre otros muchos biotopos característicos de la Península Ibérica. Por supuesto, con la desaparición del pastoreo extensivo disminuiría drásticamente la disponibilidad de carroña en el campo y el efecto fertilizante diseminador de semillas que los herbívoros en movimiento tienen. Las consecuencias serían múltiples afectando a multitud de especies y al flujo habitual de energía en casi todos los ecosistemas españoles».

Un escenario nada alentador que ha llevado a esta Fundación a desarrollar un proyecto para potenciar el mantenimiento de las prácticas agrarias tradicionales de las que depende la permanencia del medio natural de la zona y de las poblaciones rurales. Denominado RUNA (Convergencia Rural-Naturaleza), el proyecto se está llevando a cabo en la Sierra de Gata (Cáceres).

La Fundación eligió este enclave por su riqueza antropológica y paisajística y por ser un escenario donde todavía pervive una forma de vida de presencia campesina y una memoria de sus conocimientos. De esta manera, en el llamado regato «El Hocino», en una finca construida con criterios bioclimáticos, a la sombra de un alcornoque centenario se ubica la «oficina» de RUNA desde la que un equipo de cuatro personas intenta dar sentido y realidad a los propósitos de la Fundación.

Tres perspectivas

Estos propósitos se llevarán a cabo desde tres perspectivas. Socioeconómica, con el fomento de la ganadería extensiva; antropológica, con un registro de la cultura de la zona que permita recuperar y preservar usos, costumbres y tradiciones; y, por último, medio ambiental, ya que se trabajará con la administración para la reintroducción del lince ibérico y para la consolidación del buitre negro.

Otra de las iniciativas de este proyecto será la creación de una «Escuela de Pastores». «Esta iniciativa surge de la necesidad de garantizar un relevo generacional a esta actividad que en la Sierra de Gata está seriamente amenazada de extinguirse en pocos años. Se está haciendo en colaboración con la Mancomunidad, la Asociación de Cabreros de Extremadura (Aprocaex) y los propios pastores de la zona. Entre todos debemos definir un proyecto de consenso y realista, que se apoye en un modelo sostenible y que se adapte a las políticas comunitarias a partir del 2012, que será cuando desaparezcan las ayudas ganaderas y el sector se tendrá que reorientar.», explica Dionisio Romero, director de RUNA.

Combinar conocimientos

La escuela tratará de establecer una red en la que se conjugue la sabiduría tradicional, las nuevas tecnologías, la producción de calidad y los servicios medioambientales. La idea es incorporar iniciativas de pastoreo ya existentes, y otras nuevas. «Queremos atraer a personas que deseen aprender y asesorarse sobre cómo orientar la formación de pastores que ejerzan una actividad económica multifuncional. Combinaremos los conocimientos de los ganaderos en activo, con el apoyo de técnicos agrarios, naturalistas, científicos, abogados, etc… y los transmitiremos a los jóvenes locales y a los muchos que deciden abandonar las grandes ciudades -los llamados neorrurales- y que están volviendo a colonizar espacios que hasta ahora estaban quedando vacíos.

Conscientes de que los pastores del siglo XXI necesitan más fuentes de ingresos complementarios a las que les puede ofrecer su propio rebaño, la Fundación ha elaborado todo un catálogo de actividades económicas compatibles con este oficio.

En primer lugar, el teletrabajo, que permitirá a profesionales del sector servicios poder irse a vivir a este nuevo mundo rural multifuncional.La producción de carne, queso y alimentos ecológicos de calidad. Protección de especies amenazadas. Cría de especies cinegéticas y de pesca salvajes. Cobrar por luchar contra los incendios, manteniendo el matorral a raya con rebaños y con especies salvajes herbívoras, manteniendo un paisaje en mosaico, donde los grandes incendios no tengan oportunidad de producirse.Producir bioenergía y energías renovables. Plantar árboles que absorban Co2 y produzcan maderas nobles. Cuidar de la pureza y gestionar correctamente las aguas potables. Beneficiarse del turismo rural.

Desarrollo sostenible

«Hasta ahora, las necesidades del pastoreo extensivo no se han considerado en la medida que un verdadero desarrollo sostenible merece -explica Oscar Luis Prada, coordinador del proyecto-. En gran medida se ha interpretado que el desarrollo rural es llevar la ciudad al campo ignorando las verdaderas necesidades del pastoreo extensivo entre otras muchas actividades tradicionales. Si seguimos cerrando y usurpando las vías pecuarias a la ganadería extensiva, si les dificultamos pastorear en los «espacios protegidos», si se sigue imponiendo la concepción del ganadero como agente incendiario e infeccioso, si se continúa sin reconocer su enorme labor medioambiental revertiéndole económicamente todos los beneficios ecológicos que está generando para toda la sociedad asistiremos sin remedio a un sepelio anunciado».

Muchos aspectos de la tradición ganadera y campesina se están desmoronando y la relación con el entorno natural es más bien tibia. No se percibe el medio natural como fuente de riqueza y bienestar. La responsabilidad de preservar y potenciar la riqueza ecológica se ha delegado a las administraciones y este es uno de los primeros objetivos a transformar. El primer y principal objetivo que nos marcamos en Gata es que se integre en cada estrategia de desarrollo local que la riqueza natural es un patrimonio de cada ciudadano y que su medio natural es en sí mismo una fuente de vida cultural, personal y económica.

La Fundación Félix Rodríguez de la Fuente, a través de su «Escuela de Pastores», busca a jóvenes emprendedores dispuestos a descubrir las excelentes alternativas profesionales que ofrece el medio rural.

La Fundación Félix Rodríguez de la Fuente apuesta por el pastoreo como oficio garante de la biodiversidad.

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