Comunicado de la Asociación Cultural Bomberos de Puertollano.
Este colectivo denuncia a través de un escrito remitido a nuestra redacción las cortapisas a las que ayer tuvieron que hacer frente en la vía pecuaria que atraviesa parte de la finca "La Cotofía". Esta asociación critica el incumplimiento de la ley por parte de los dueños del lugar, al impedir el libre tránsito por esos caminos públicos, además de no entender la actitud de la Guardia Civil
La Asociación Deportivo Cultural Bomberos Puertollano, realizó ayer una marcha senderista desde la Venta de la Inés hasta la cueva-refugio del rio Tablillas. La marcha organizada desde la Asociación, tenía como fin el que miembros, familias y amigos gozaran de un día de senderismo y conocimiento de los valores tanto culturales como paisajísticos de la comarca del Valle de Alcudia y Sierra Madrona. Pero como no podía ser de otra forma los incidentes han rodeado, un día más, el sosegado transcurrir de lo que debía haber sido un día de ocio y descubrimiento de valores, que se suponen están por encima de intereses particulares.
La Cotofía, quiere seguir imponiendo su doctrina de los mejores años de la Dictadura, combatiendo a todo aquel que osa acercarse a "sus dominios", como no, contando para ello con la eficaz y rauda ayuda de las fuerzas del orden, Guardia Civil, que acuden prestos a la llamada.
Ciudadanos de a pie, sin otro cometido que el de pasear y conocer un lugar de interés de su comarca, por un lugar de dominio público, como el cauce de un rio, obligados a identificarse por la supuesta denuncia de un guarda de un coto privado, que en ningún momento aparece e identifica. ¿Cuántos ciudadanos más deben ser denunciados, molestados y acosados? Por quien dicen que es dueño de todo. ¿Cuántas denuncias, han sido, son y serán, interpuestas? ¿Hasta cuándo se va a consentir, que el todopoderoso señor, amedrante a la gente?, ¿hasta cuando se le va a consentir, al todopoderoso señor, que incumpla la ley?, no sabemos de ningún ciudadano de a pie, que tenga represado el cauce de un rio, no dudamos que todo el peso de la ley caería sobre él.
No deja de ser triste y a la vez curioso, como una familia y como ciudadanos de a pie, en pleno siglo XXI, siguen estando a merced del todopoderoso señor, mientras que autoridades y organismos públicos, es decir de los ciudadanos, siguen mirando hacia el mismo lado, al del poder. Paradojas de la vida, pero por favor, no nos cuenten milongas, ni nos pidan el voto.