LOS ULTIMOS NOMADAS IBERICOS

Los últimos nómadas ibéricos

Los pastores inician la aventura de la trashumancia a Sanabria y reivindican la limpieza y el respeto de las vías pecuarias invadidas por carreteras y maleza

16.07.2016 | 11:50

CHANY SEBASTIÁN Las cañadas, cordeles y veredas de la zona oeste de la provincia de Zamora recuperaron ayer su ancestral actividad de centurias para revivir, como cada año, desde hace siglos, la vida pastoril de la trashumancia. Los ganaderos y pastores sedentarios alistanos se echaron al camino convertidos en los últimos nómadas ibéricos para llevar más de 4.000 ovejas de raza autóctona castellana pura sangre, en busca de los verdes y abundantes pastos de las sierras de la Alta Sanabria.

La cabaña trashumante alistana está compuesta por siete rebaños de cinco pueblos pertenecientes a los ganaderos: José María Leal Fernández (Gallegos del Campo), Tomás García Peña (El Poyo), Nicolás Silva López y Domingo Manjón (Pobladura), Isidro Gabella Vara y Miguel Gabella Gabella (Fradellos) y otro más de Vega de Nuez.

Como manda la tradición, mantenida durante años, los rebaños se agruparon en la Fuente el Horno de Gallegos del Campo, en pleno llanura de Aliste, para seguir su camino por la vía pecuaria de Figueruela de Arriba a San Cristóbal, sepultada bajo la carretera en obras, para sestear en la pista de avionetas de Flechas y ya por la tarde cruzar la Sierra de la Culebra, y dormir en Linarejos. La segunda etapa tendrá lugar hoy desde Linarejos hasta pasar Puebla de Sanabria. La campaña veraniega la pasarán en Valde Casares en la localidad sanabresa de Aciberos.

Los pastores y zagales alistanos iniciaban la aventura de la supervivencia, una año más, reivindicado la limpieza y el respeto a las vías pecuarias que tienen que utilizar obligatoriamente para su vida trashumante, unas sepultadas bajo carreteras, otras ocupadas por fincas o casas particulares y últimamente, este año más si cabe, invadidas por la maleza: «Solo hay que mirar como está el campo, hay sitios difíciles y tenemos que pasar como y por donde podemos. No hay otra» sentencia José María Leal a la vera de Peña Mira.

El paso de Ungilde, reducido al mínimo por la ocupación abusiva e ilegal de las fincas adyacentes, el gran problema desde siempre, va de mal en peor con las paredes caídas y la maleza. Las ovejas se verán una vez más obligadas a pasar por donde buenamente puedan.

Las vías pecuarias viven la crónica de una muerte anunciada, olvidadas de forma preocupante por las administraciones públicas: en tierras alistanas y sanabresas la mayoría han perdido, sobre el terreno sus dimensiones legales y originales: veredas (hasta 20 metros), cordeles con un máximo de 37,50) y cañadas hasta 75. Castilla y León tiene clasificados, sobre el papel, 21.100 kilómetros (56.000 hectáreas), de ellos 3.900 de cañadas, 4.300 de cordeles y 4.900 de veredas; más 60 hectáreas de descansaderos. En la provincia de Zamora hay 267,64 kilómetros de cañadas, 709,21 de cordeles, 850,6 de veredas y 440, 90 de coladas, más 73,6 hectáreas dedicadas a descansaderos.

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