LA CAÑADA REAL SANCHA BRAVA RESUCITA.
La vía pecuaria que cruza Badajoz sólo se encuentra en el imaginario común. En el entorno de la ciudad no hay ni una sola referencia la cañada real de Sancha Brava y parte de su trazado está invadido por casas y fincas.
Pero lo que queda de la original Cañada resucitará en breve. En el próximo otoño se colocarán por la ciudad varios paneles y postes explicativos por el que fue el discurrir natural del sendero, que entra por el azud y sale por la carretera de Cáceres.
Aunque la señalización sólo supone la parte visible y fácil del proyecto. Detrás de estos postes explicativos hay un objetivo más ambicioso: resucitar todo el cordel y unir por caminos naturales Cáceres y Badajoz antes de final de año.
Para conseguirlo se ha revisado todo el trazado que sigue la vía pecuaria, desde que se inicia en el pantano de Piedra Aguda, entre Olivenza y Valverde de Leganés, hasta los Llanos de la provincia cacereña.
La recuperación de este sendero es un viejo compromiso que se ha interrumpido varias veces. Hace años incluso se pensó en trazar un nuevo camino al comprobar la invasión y el deterioro de algunos tramos. Ahora se ha retomado la idea con la intención de desempolvar y rescatar los senderos. La obra se enmarcar dentro del programa Caminos Naturales del Ministerio de Medio Rural, Ambiente y Marino que, en el caso de Badajoz, ejecuta la empresa pública Tragsa.
Desde que se retomó el proyecto se han despejado varios tramos invadidos por basura, se han construido badenes para garantizar el paso, se han plantado encinas, se ha construido un albergue en Valverde, un refugio en Valdebótoa y se han instalado varios guardacontenedores.
El responsable de sacar de nuevo a la luz la vía pecuaria es Félix Morales, encargado de Tragsa en Badajoz. Tras varios años trabajando en la idea ya conoce a la perfección el trazado del cordel de Sancha Brava y ha comprobado «el abandono y el poco respeto» que se tiene a esta vía pecuaria.
Cuenta que las agresiones se repiten por todo el trazado, pero al entrar en el casco urbano de Badajoz, se disparan. Como ejemplo pone el vertedero ilegal que cubre parte del camino que une la carretera de Olivenza con la de Valverde. El trazado del cordel discurre justo por detrás de la urbanización de las Vaguadas, sube frente al club el Corzo y sigue hasta la carretera de Olivenza, cerca de la nave de la empresa de reciclaje Cerexsal.
Todo el tramo está casi impracticable por los residuos. En algunos puntos los montones de ripios, colchones y sanitarios viejos tapan los hitos de cantería gris con la inscripción V. P. (vía pecuaria). «¿Cómo vamos a mandar a la gente por aquí?», se pregunta con resignación Morales. La zona debería estar despejada al ser vía pecuaria, pero en la parte más alta del camino incluso se ha habilitado un camino para entrar con más facilidad a arrojar basura. «¡Cómo si el solar fuera de ellos¡», exclama con incredulidad ante los montones de basura.
La vía pecuaria no es sólo el sendero de rodadura para el paso de un vehículo, según los archivos históricos de la Mesta, la cañada real mide 90 varas, una medida antigua que equivale, más o menos, a 70 metros de ancho. La anchura de los 70 metros no se respeta en todo el trayecto, ya que en algunos puntos ni tan siquiera se ve el sendero. Los responsables del proyecto ya han despejado varias veces el camino de basura, pero dicen que a los pocos días, todo sigue igual.
«Da pena y está echo un asco, pero por lo menos se puede pasar». Algo similar ocurre cerca de la ermita de Valdebótoa, en la zona donde se encontraba el medio punto. En el camino se ha instalado contenedores, pero muchos la basura aparece varios metros más allá. Ya han puesto carteles informando, pero no ha servido de mucho.
A pesar de las invasiones, Morales recuerda todo lo que se ha hecho para sacarla a flote. «Lo poco que queda se debe respetar».